Jim Glade llegó a Medellín en 2011 para ser practicante del portal internacional Colombia Reports, que tiene sede en la ciudad desde hace 15 años. Y se quedó para siempre. Es periodista, estadounidense, tiene 36 años, mide 1,77 de estatura. Habla un español casi perfecto: «Aprendí paisa conversando con la gente de Medellín».
Vive en Medellín porque en esta ciudad, que está a casi 3.000 kilómetros de distancia de su casa en Colorado, montó sus propias empresas en 2014: es socio de Publicize, una compañía digital de relaciones públicas que trabaja con los startups líderes del mundo; y es co-fundador de Espacio Media Incubator, dedicada a medios digitales (algunos son especializados en temas tecnológicos).
En sus empresas también tiene equipos internos que se dedican al desarrollo de software para manejar sus clientes. Es decir, plataformas por las cuales interactúan y crean relaciones públicas. También tienen oficina en Barcelona. El casi un centenar de trabajadores que emplea es una mezcla cultural: hay gente de Europa, Asia y varias regiones de América. En este momento tienen más de 100 clientes.

«Nos vinimos para Medellín porque entendimos la cultura que existe en la ciudad frente al desarrollo tecnológico, entonces quisimos aportar para que de verdad se vuelva en un hub de tecnología en Latinoamérica, le vemos mucho potencial», dice Glade.
Se graduó de periodista de la Metropolitan State University of Denver, pero es en Medellín donde realmente ha aprendido sobre las tecnologías y las startups: ha trabajado con grandes compañías, como Microsoft, Telefónica, Symantec, Ingram Micro, entre otras.
Para él, es evidente que la manera de trabajar actualmente está cambiando. Y a una velocidad muy alta, por lo que considera que «es necesario que los jóvenes entiendan este nuevo mundo para que no se queden atrás».
Sus días son poco rutinarios. Eso sí, casi todas las mañanas madruga a trotar por el sector de La Asomadera o a hacer barras. También le gusta practicar boxeo. «Me gusta empezar el día en el sol y tomarme un jugo bien fresco de naranja y un tinto».

A veces trabaja desde la casa, a veces va a la oficina en El Poblado. «Me gusta el trabajo híbrido, porque hay días en lo que me puedo concentrar más en la casa, pero otros en los que quiero integración con el equipo».
En las noches Jim disfruta de la oferta cultural: desde ir a bailar salsa, hasta ver películas en el Colombo Americano y obras de teatro en el Centro. Los martes juega fútbol con un grupo de amigos.
Al pedirle que retroceda en el tiempo para que recuerde sus primeros días en Medellín, Glade se detiene y reflexiona: dice que ve un Jim que evolucionó. Que tiene un mundo más abierto. Que está más lleno de confianza en sí mismo. «Aquí he aprendido a no tomarme la vida tan en serio, la cultura y forma de vivir tan agradable me ha relajado un poquito», concluye Jim Glade.