El código de Son Batá descifra un nuevo futuro en la Comuna 13

En el barrio Nuevos Conquistadores de la Comuna 13 los líderes de Son Batá descubrieron un código para conquistar nuevos mundos. En su tarea de buscar apoyos para sus proyectos artísticos, que tienen impacto directo en la comunidad a la que pertenecen, hace algo más de un año se acercaron a EPS Sura, y el gerente de entonces, Gabriel Mesa Nicholls, después de escucharlos, les preguntó si les podía hacer una reflexión.

“Creo que era una cita del CEO de BMW, de cómo las tecnologías de la información están cambiando el mundo por completo”, recuerda John Jaime Sánchez Mosquera, conocido como el Capi y uno de los fundadores de Son Batá. “Y cómo ese cambio estaba acabando con los puestos tradicionales, que son en los que se emplean las comunidades de donde yo vengo, trabajos rutinarios, de fuerza”, dice y reconstruye la conversación. 

—¿Qué tal, Capi, cómo la ves? —le dijo Gabriel Jaime. 

—¿Lo veo apocalíptico, horrible? Pues, muy bacano y todo, pero entonces, ¿de qué vamos a vivir nosotros, las comunidades como la 13?, estamos jodidos, esto es el acabose —respondió el Capi.   

—Tenés razón —dijo Gabriel Jaime—. O podemos preparar a las comunidades para que estén listas para los nuevos empleos ¿Vos sabés qué es el código o el desarrollo de código? Es la manera como nos comunicamos y les damos órdenes a las máquinas y cualquiera puede aprender eso, no se necesita estudiar en Harvard o haber hecho 20 mil posgrados, cualquier joven de un territorio puede aprender a desarrollar, ¿por qué no soñamos que ellos puedan aprender y nos convirtamos en la meca del desarrollo de código en América Latina?  

—¡Wow! —dijo el Capi—. No sé si Medellín, porque eso será tarea de un alcalde, pero en la 13 sí podemos empezar, yo me encargo de conseguir lo que haga falta y arrancamos ya. 

En ParcheTek visitamos la sede de la Corporación Son Batá y el Capi nos contó lo que pasó después de que descubriera el código. 

Alfonso 
Entonces qué hiciste con esa provocación, esa idea inicial de que en la 13 se podía aprender a programar… 

El Capi 
Me vine para la 13 a preguntarles a los pelados qué entendían por código, software, TI, y ni idea, “qué es eso”, “para qué sirve”, me decían ¡No tenían ni idea! Es más, cuando hicimos la convocatoria en octubre del año pasado, los que llegaron creían que era un taller de marketing para potenciar las ventas de sus negocios ¡Estábamos fritos!, pero bacano, lo que contaba era la actitud. 

Alfonso 
Y llegaron como 80 personas a inscribirse, ganas de aprender sí tenían, ¿cómo diseñaron la oferta de aprendizaje con la que se iban a arriesgar? 

El Capi 
Nos pusimos a investigar y hay una oferta educativa grandísima, las plataformas que querás, y no entendíamos por qué, si había una oferta tan grande y todo el mundo ofrece becas para eso, en nuestro territorio ni siquiera estaba en el imaginario de los pelaos. Y como no está en el imaginario de nadie, no es una alternativa de vida, no hace parte del sueño, de nada, no existe. Además, encontramos que hay una demanda altísima, porque se necesitan 150 mil programadores hoy en Colombia. Ah, no, no, no, la tenemos: nosotros vamos a crear un puente entre esa gran demanda y la necesidad de los pelaos de encontrar trabajo bien pago y que no se demoren cinco años estudiando para conseguirlo. Y creamos Código C13, una escuela de habilidades digitales para generar empleo. 

Alfonso 
¿No era una contradicción crear una escuela presencial, en el territorio, cuando la tendencia general en este tipo de temas es la educación virtual? ¿No les limitaba el alcance? 

El Capi  
No estamos enfocados en cuántos pelaos pasan por la escuela, ojalá algún día sean 10 mil, pero esa fue una de las críticas que nos hicieron: “Capi, ¿cómo van a crear una escuela física sobre habilidades digitales? Eso no tiene sentido, si es digital es digital”. Sí tiene sentido, primero, porque muchos de los pelados que están hoy en Código C13 ni siquiera tienen un computador; segundo, el que lo tiene, no tiene Internet; tercero, ¿yo le voy a decir a un pelado que se pegue a una pantalla cuatro horas cuando la pandemia nos demostró que los estándares educativos de este país se cayeron con la virtualidad? Así no funciona en comunidades como la nuestra, que tienen una brecha digital muy grande.  

Alfonso 
¿Y qué es lo que funciona, pues? 

El Capi 
En estas comunidades tenemos que llegar con lo físico; primero, porque hay una cultura del aprendizaje presencial, con el compañero al lado, viendo al profe; segundo, porque tenemos que pensar en una revolución: ¿qué va a pasar el día que estos pelados se empleen en grandes empresas y recuerden que empezaron aquí, en el saloncito comunal, en el mismo computador que usa toda la comunidad?, ¿cuál es el mensaje que eso da? Que por ahí es, si este pudo estando aquí, con ese computador, yo también puedo, todos podemos. Eso va a llevar a que después nos hagan fila, eso esperamos. 

Alfonso 
Son Batá es un grupo reconocido principalmente por su labor artística, ¿qué hace metido en el mundo de la tecnología? 

El Capi 
En esencia nosotros somos artistas. Son Batá es un colectivo que, a través de la música, el rap, el graffiti, la danza, de las manifestaciones artísticas en general, ha creado una metodología para transformar comunidades, particularmente en la Comuna 13. El arte es lo que sabemos hacer y también es un movilizador potentísimo. Y si lo nuestro es hacer música, como “Estamos melos”, girar, abrir conciertos, hacer shows, ¿por qué estamos metidos en el tema de tecnología y programación de software? Lo hemos dicho siempre, el arte es una excusa. Nunca pretendimos que fuese lo más importante, que de nosotros saliera un Juanes o una Shakira para generar un cambio en el territorio. Al final, buscamos que las personas que pasan por nuestro proceso adquieran unas habilidades básicas que les permitan aferrarse a un sueño y posibilitar una transformación personal y familiar. 

Alfonso 
¿Y cómo puede transformar la programación la vida de un joven? 

El Capi 
Nos metimos en el tema de tecnología, porque si bien en lo que hacemos hemos encontrado soluciones a muchos problemas de la comunidad, aportar a la convivencia, romper barreras invisibles, había un tema que nos dolía mucho y es que no le podíamos prometer a un chico o chica que pasara por nuestro proceso, “si haces esto en tanto tiempo podrás estar empleado y tener una vida profesional digna que te permita transformar por completo tu vida”, esa promesa no la podíamos hacer. Les decíamos: “Con tiempo, si te dedicas, si vas a la universidad, podrás ir mejorando”. Y encontramos en la programación esa posibilidad de prometer una opción de empleo real. Además, cuando estábamos entendiendo este mundo, una vez oímos al director de Platzi, Fredy Vega, que dijo: “El crimen no paga tanto como el código”. ¡Hágame el favor! Por fin teníamos una oferta con la podíamos tener una mejor alternativa para los jóvenes del territorio al crimen. Eso nunca lo habíamos tenido. ¡Nunca! Y por primera vez lo encontramos. 

Alfonso 
Hablamos de esa brecha digital que existe en las comunidades vulnerables, la necesidad de una educación presencial, ¿qué otras dificultades han encontrado para que los jóvenes no accedan a esa demanda de 150 mil puestos de trabajo en tecnología? 

El Capi 
Lo primero es que hay un imaginario en las comunidades que creen que el desarrollo es para cierto tipo de personas, profesionales o que estudian ingeniería; es decir, que es algo inalcanzable para ellas.  

Alfonso 
Cambiar imaginarios ha sido en parte el gran éxito de Son Batá, hemos visto lo que han logrado con cómo se entiende hoy la Comuna 13, ¿cómo cambiar ese imaginario? 

El Capi 
En las comunidades hay telecentros, con computadores, buena conexión a Internet, y va uno a esos espacios y están enseñando ofimática o están los niños jugando, y eso está bien, pero yo cogería esos telecentros, que están en el corazón de los territorios, y ahí monto escuelas de software. El primer reto es demostrar que cualquiera lo puede hacer y para eso sirven los telecentros con escuelas de programación. Si me centro en una estrategia comunicativa alrededor del telecentro para una comunidad pequeña primero, al año otra cosa está pasando en la ciudad, porque el pelado lo tiene en la esquina, a la señora le entra la duda y empieza a preguntar qué está estudiando su hijo, cuando vean que los pelados resuelven el primer proyecto con soluciones alrededor de la tecnología se van a sorprender y dirán que son unos berracos y que sí se podía. Empezaría por ahí. 

Alfonso 
Se habla mucho de que para poder programar es necesario aprender inglés, y la falta de conocimiento de una segunda lengua suele ser un limitante… 

El Capi 
Hemos entendido que el inglés no es una barrera. Si tenés buenas capacidades como programador vas a tener trabajo y un buen ingreso. Lo que hace el inglés es que te duplica o triplica el ingreso, entonces no es una barrera, es un habilitador más, te permite ampliar la oferta laboral con las empresas internacionales. Una vez escuché a alguien que tenía una escuela de programación y no estaba enseñando inglés, con el único objetivo de que las empresas internacionales no se llevaran a sus estudiantes. Hay mucho canibalismo en este mundo de la tecnología.  

Alfonso 
Otro de los asuntos que se menciona a la hora de identificar dificultades para acceder a este tipo de formación son las barreras familiares. La falta de apoyo en la familia para emprender opciones profesionales poco convencionales… 

El Capi 
Lo que la familia no conozca y no le hayamos demostrado que es un camino factible, lo va a ver como una perdedera de tiempo; por eso insisto en que hay que demostrar que es posible. Hasta que la mamá del joven no vea un ejemplo no lo va a permitir. Hoy sí hay esa barrera, porque las familias no saben eso con qué se come y eso impide que le apuesten a esa posibilidad. Hay un desconocimiento que se traduce en desconfianza y más cuando hay alternativas que han visto que funcionan, como estudiar Seguridad Ocupacional en el Trabajo en el Sena durante dos años, está demostrado que usted termina en una empresa de construcción ganando un poco más del mínimo y eso se ha vuelto la panacea, sobre todo para las mujeres, que en la construcción no encontraban un espacio. Cuando ven que algo funciona, hay gente. 

Alfonso 
¿Y cómo atacar esa dificultad? 

El Capi 
En nuestro proyecto tenemos un programa psicosocial de acompañamiento en el que les explicamos a las familias lo que hace su hijo, su sobrina, su nieto. Les contamos que va a desarrollar habilidades para insertarse en el mundo laboral. 

Alfonso 
¿Qué sigue para la escuela Código C13? 

El Capi 
El 20 de noviembre vamos a hacer una hackatón para que los estudiantes demuestren lo que saben hacer.  

Alfonso 
¿En qué consiste la hackatón? 

El Capi 
Los graduandos van a enfrentarse a tres retos, un tema de cultivos hidropónicos en terrazas que hacemos aquí, otro sobre una antena parabólica que presta servicios de Internet y otro sobre turismo y van a proponer soluciones desde la tecnología. Va a ser en la Universidad de Antioquia con el programa de Ingeniería de Software y tres empresas: Keep, Alternova y Arus. Tenemos empresariado, academia y nosotros. 

Alfonso 
¿Cuántos se gradúan de esta primera cohorte?  

El Capi 
Esperamos que se gradúen 25 estudiantes y el 9 de diciembre tenemos la ceremonia de grado, pero la prioridad hoy es que cada uno de estos chicos que se gradúa termine empleado, bien sea como una opción temporal que les permita seguir estudiando y mejorando sus habilidades y saltar a las grandes ligas, pero que todos terminen empleados.  

Alfonso 
¿Y quién los certifica?  

El Capi  
La Corporación SonBatá los certifica. Uno de los temas más importantes que ha tenido la programación y desarrollo de software es que rompió varios de los «no” que utilizaban las empresas para no contratar personas de las comunidades vulnerables. 

Alfonso  
En un lo que decía Gabriel García Márquez cuando creo los talleres de periodismo de la Fundación Gabo, puso como condición que no tuvieran certificados, lo único importante era las ganas de aprender, pero en el mundo laboral, ¿cuáles son esos “nos” que los afrectan? 

El Capi 
De qué universidad es, cuál es su título, quién es, de qué barrio, hombre o mujer, muéstreme su color de piel a ver qué tan oscurito es. En la programación eso no importa, en la programación es muéstreme qué sabe hacer, no importa de dónde venga. Y la mayoría de trabajo es remoto, entonces no importa cuántos tatuajes tiene, cuántas perforaciones se hizo, nada. Ahí estamos enfocados nosotros.  

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